Tú no eliges dónde naces, pero sí dónde terminas. Nadie escoge en qué familia nacer, ni las condiciones económicas, ni el barrio en el que crecerá. Algunos vienen al mundo entre carencias, con hambre, con padres ausentes o con sistemas que los olvidan. Pero eso no es una condena, es solo el prólogo de una historia que tú decides cómo continúa. Lo que sí está en tus manos es el rumbo que eliges. Y ahí es donde comienza tu verdadero poder. Hoy, más que nunca, el conocimiento está disponible, la información abunda, y las oportunidades no son privilegio de unos pocos. Claro, hay obstáculos, pero también hay caminos. Hay quienes nacieron en la cima y cayeron por no esforzarse, y quienes empezaron desde abajo y llegaron lejos por no rendirse. Porque el verdadero límite no está en tus bolsillos, está en tu mente. Cambiar no es cuestión de suerte, es cuestión de decisión. No se trata de querer volverse millonario en una semana. Se trata de aprender cada día, de mejorar un 1% diario, de ...